Imagina por un momento a tu hij@ el día de su cumpleaños. Llevas una semana organizando su tan esperada fiesta, llamas a una empresa de alquiler de castillos hinchables y animación, compras sus dulces favoritos, creas con ilusión un ambiente divertido para todos sus amigos. Pero, advierten en la televisión una invasión inminente por parte de un país vecino, todo se va al traste en su día y, ¿Cuál es el papel de los niños en la Guerra?
Los niños no son culpables de los errores e intereses de los adultos
Es hora de esconderse
Nos han dicho que el sótano es el sitio más seguro. El sonido de las bombas es cada vez más atronador, tengo miedo.. Mi papá ha salido y se ha despedido de mí con un fuerte beso. Mi mamá es fuerte pero en ciertas ocasiones se le escapa un llanto. La guerra no es como yo me la esperaba, nunca imaginé que en nada se parecería a los videojuegos. Hoy cumplo 10 años y me toca actuar como el hombre de mi casa.
Se hace de noche y el ruido en la calle no cesa. Vivo en un barrio tranquilo, en el cual apenas hay movimiento pero parece que estamos en el centro de la ciudad con tanto bullicio. Hago acopie de valor y subo a casa, miro por la ventana y veo a mis vecinos subiendo a sus coches, creo que huyen. Papá me dijo que los vecinos de en frente habían construido un Búnker subterráneo anti nuclear semanas antes de que todo esto empezara, papá decía que estaban locos.
Vuelvo al sótano con mi madre y ella está dormida, le doy un beso y me acuesto. Nunca me había costado tanto conciliar el sueño pero esta noche, no se si es por el miedo, por el ruido de las bombas o por mi impotencia ante todo lo que está ocurriendo pero no puedo dormir.
Mi pensamiento siempre es el mismo: ¿Porqué está sucediendo todo esto? ¿Qué culpa tenemos los ciudadanos de los intereses de los países? ¿Quién es el malo en esta guerra?.. Trato de responder mis propias preguntas pero son cosas que no entiendo. ¡Joder, soy un niño!. Me duermo.
Huir es la mejor opción
Es de noche, mis padres me despiertan, me dicen que no tenga miedo. Mi hermano recién nacido llora y mi madre trata de calmarlo. Papá, de forma tranquila, prepara una maleta y mamá abre el cajón donde guardan los ahorros. Tratan de mantener la calma pero noto nerviosismo en sus acciones. Hoy es mi cumpleaños y ni siquiera me han felicitado.
Mamá cierra las puertas de la casa y coge a Bob, nuestro gato. Subimos al coche, y ponemos rumbo a no se donde. Pregunto a papá que donde vamos y el me responde: A un lugar seguro. Le digo que cuando volveremos y el me contesta: No sé hija, no sé. Un frío recorre todo mi cuerpo y me acuerdo de toda mi familia, amigos y profes.
Llevamos más de cinco horas de camino y no hemos parado. Le recuerdo a mi papá que él siempre dice que hay que hacer un descanso cada dos horas como máximo en los viajes. Ni siquiera me habla. Es como si quisiera llegar ya a nuestro destino.
Escucho hablar a mis padres, no entiendo nada. Hablan de «plan de refugiados, de países miembros de una organización, de ayuda humanitaria y de un señor muy malo que ha empezado todo lo que está pasando».
Todo es tan incierto.. solo queda esperar, a ver que pasa. Confío en papá y mamá.
Solo
Vivo en un pueblo alejado de la ciudad, todo está tranquilo. Mi mamá murió cuando yo era pequeño y mi papá fue quien se hizo cargo de la casa y de mi. Amo a mi papá.
Mi papá trabaja en un edificio gubernamental de la Ciudad y me dijo que hoy llegaría a la hora de comer para almorzar juntos por el día de mi cumpleaños. He metido en el microondas los macarrones favoritos de papá, con queso y orégano. Después tengo entrenamiento de fútbol y papá me ha prometido ir al parque de atracciones, allí me dará mi regalo. ¿Qué será?
Se hace tarde y papá no llega, llamo a la vecina que sabe el teléfono de papá y me dice que no le contesta. Mi vecina viene a casa y se queda conmigo. La señora pone las noticias y, se asusta cuando el señor de la cadena anuncia algo. Me acerco al televisor y escucho que un misil ha impactado sobre el edificio donde trabaja mi papá. Corro hasta la comisaría de policía de mi pueblo sin que mi vecina pueda detenerme.
El agente de policía que se encuentra de guardia no me hace caso y empiezo a ponerme muy nervioso. Le insisto que se comunique con alguien para que le confirmen que mi papá está bien. Cuando el señor agente escucha que mi papá se encontraba en el edificio, parece que me toma más en serio. Descuelga el teléfono, yo me relajo porque pienso que me hizo caso, pero no.. escucho decir al agente que vengan las asistentas sociales a recoger a un pequeño que se encuentra solo. No solo insulto al agente sino que comienzo a golpearlo con todas mis fuerzas. Me coge fuerte y me empuja contra un sillón.
Al cabo de un rato llega una señora muy amable, me pregunta como estoy y me dice que nos vamos. Le pregunto que donde está mi papá y me contesta que lo encontraremos, que no me preocupe. No sé donde vamos, no sé donde está mi papá y no sé que va a ser de mi.
*Los 3 relatos son sumamente ficticios. Redactados de un pensamiento propio poniéndose en el lugar de esos pequeños que puede, lo estén pasando así.